Momento de la lectura del manifiesto por la lectura por el alumnado de 1º de ESO
Nos ha parecido un texto tan lleno de ánimo por la lectura que lo incluimos en nuestro blog porque merece la pena imbuirse de él.
LEER NOS HACE LIBRES
La
lectura nos hace libres. Ante un libro, las barreras o muros que al hombre
condicionan y que lo distancian de los demás: su raza, su credo, su cultura o
condición social, nada importan, es sólo un ser con un libro. Es un ser humano
con una historia, y en ella nos podemos sumergir hasta llegar a lo más
profundo, así como sobrevolar sobre ella, como pájaros silvestres, olvidando
nuestras miserias humanas, hasta hacer nuestra una historia que construyan
nuestra mente y conmueva nuestra alma.
Cuando
un escritor auténtico, genuino, se pone a escribir, como humildemente intento
yo ahora, las palabras brotan solas, fluyen como un río y se agolpan. Es el
corazón quien manda, quien va poniendo sentimientos a cada palabra, cada
acento, cada coma, incluso cada punto. Lo bello recorre cada rincón de tu ser,
cada recoveco, hasta expandir todo ese sentimiento a través del pensamiento y
de sus expresión. Porque como decía Juan Ramón Jiménez: “escribir nos es poner
frases, es copiar el alma”. Y esa alma del escritor se confunde con la nuestra
que la leemos y la sentimos, y ya no podemos desligarlas.
El
lector es capaz, si lo desea, de llevar cada historia a su terreno, de hacerlo
más grande y más luminosa, en definitiva, podemos ir más allá de las letras o
del contenido concreto. El libro, en definitiva, nos hace libres para construir
otra historia a la que nuestra propia mente nos ha llevado; enriquecida con
todo lo que nuestra inteligencia y nuestro corazón han ido asimilando. Y todo
ello nos hace ir creciendo, formándonos, haciendo de nosotros seres diferentes.
El
libro va dejando en cada uno de nosotros, un caudal de conocimientos, una mina
de sentimientos que conformarán nuestro ser y nos hará personas que merezcan la
pena. Gracias a los libros podemos recorrer otros mundos, conocer otras
culturas, otros tiempos y gozar de algo anhelado desde siempre por el hombre:
el don de la ubicuidad.
¿Hay
algo en esta vida que nos pueda aportar tanto como un libro? Creo que no. Por
eso en el día de la lectura, debemos reflexionar y mostrar a todos, y muy especialmente
a los niños, todo lo que los libros nos aportan, hacerles ver que, sobre todo,
hacen de nosotros seres más ricos, en sentimientos y valores, y más libres, y
esta libertad destruirá los condicionamientos con los que nacemos, vivimos y
morimos y que nos separan a unos seres de otros.
Este
año recomendamos la lectura de Platero y
yo, cuyo centenario celebraremos en 2014, y que es un libro ya universal.
El poeta noguereño no escribió este libro para niños, ni se debe limitar a
ellos aunque se destaquen los valores de la infancia. Juan Ramón quería
hacernos ver que debemos vivir en esa isla espiritual, como la llamaba, que es
la niñez y de la que nunca debemos salir por ser el único sitio donde podemos
encontrar la felicidad.
El,
que siempre vivió y se sintió como un niño, que era capaz de asombrarse cada día
de lo más hermoso que nos da la vida, de encontrar incluso en su ancianidad,
bellos reflejos en la luna y nuevas caricias en el viento, quiso a través de
ese diálogo con Platero y con la Andalucía de su época, resaltar aquellos
valores que nunca debemos perder y por los que merece la pena luchar: el
trabajo, la sencillez, la gratitud y muy especialmente, la amistad y el amor.
Platero
ha sobrevolado y cabalgado por todos los países, todas las lenguas, todas las
culturas y todas las religiones. Ha sido capaz de emocionar a millones de seres
sin importar las barreras culturales. Platero vuela libre, pero llevando
consigo su tierra, a sus gentes, a su Andalucía que como él, se han hecho
grandes, inmensas y universales a través de los libros.
Si
como os hago ver en este texto, leer nos hace libres, así también lo son esos
libros que merecen la pena y que nunca debemos abandonar, de lo contrario nos
perderemos lo más grande que nos da la vida, el vehículo que nos ayuda a
alcanzar los valores más apreciados y por los que el hombre siempre ha luchado,
la libertad, liberándonos de los condicionamientos de la vida, y el amor por
todo aquello que nos rodea, sin limitaciones en el tiempo y en el espacio.
Carmen
Hernández-Pinzón Moreno
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