La lectura es amena pero creo que el personaje del niño, comparándolo con El niño del pijama de rayas, está menos logrado. También es verdad que este niño, al contrario que el otro, debe madurar porque las circunstancias son otras.
Precisamente esas circunstancias son las que creo dan un valor especial al libro, porque novelas sobre la Primera Guerra Mundial hay muchas, y muy buenas, pero esta creo que merece la pena porque cuenta, aunque muy al final para mi gusto, la vida de los soldados y los efectos, no siempre físicos, que son los más conocidos, de la guerra, uno de los hechos más abominables de la humanidad.
Juan José, profesor de Geografía e Historia
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